En los niños
pequeños o menores de ocho años los ejercicios de soplo además de ayudar a
controlar la respiración, ayudan a entrenar los músculos que participan en el habla,
especialmente los músculos bucinadores que son los que están en la mejilla y
son los que se utilizan para soplar y silbar.
A continuación os dejamos un vídeo donde podéis ver las diferentes actividades que se realizaban en clase con Fátima nuestra profe de Audición y lenguaje, para estimular el lenguaje.
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